Parece mentira pero en pleno Siglo XXI los animales siguen siendo objeto de crueldades y son tratados simplemente como piezas del entretenimiento. Tristemente esto sucede en Latinoamerica, África, Asia y en sitios donde el turismo tiene una afluencia bastante amplia.
Por un lado tenemos la imagen que más se ve: paseos y experiencias con animales salvajes ¿Quién no ha soñado con montar un elefante? ¿O disfrutar de una estancia extrema con tigres? En el fondo somos muy aventureros y añoramos conectarnos con ese lado animal.
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Sí, muchos de esos animalitos lucen tiernos y hasta acariciables pero te has preguntado alguna vez: ¿Por qué se comportan así?
Tristemente desde los polémicos circos de animales hasta los «adorables» shows de delfines y ballenas se esconden severos maltratos.
Los espectáculos que protagonizan los animales exhiben un comportamiento anti natural. Estando en su habitad, los tigres no saltan por aros de fuego, los elefantes no usan pelotas y los delfines no están obligados a arrastrar gente de un lado a otro. Muchos de estos animales salvajes se comportan de esta forma en respuesta al maltrato que los condiciona.
Cómo detener el maltrato animal en el turismo
Aunque pudiésemos pensar que un pequeño esfuerzo no puede hacer mucho contra la industria, no es así. Vivimos en una era donde el individuo puede compartir sus causas junto con más personas en las redes sociales. La mejor forma de detener la violencia contra los animales es ejerciendo un turismo responsable.
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Turismo responsable con animales
No asistas a lugares donde haya animales usados para el entretenimiento
Muchos vivimos en grandes urbes que nada tienen que ver con la naturaleza. En consecuencia, se entiende que sintamos esa fascinación por la vida natural y los animales salvajes. No obstante, ese deseo de conocer lo desconocido, junto con el egoísmo y la avaricia, pueden perjudicar a seres inocentes.
Así que, lo primero que se puede hacer para detener el abuso animal en el turismo es dejar de asistir a lugares donde los animales sean la atracción principal. Por ejemplo: corridas de Toro, circos, delfinarios, zoológicos, carreras de caballo, etc.
Debes ser capaz de ver más allá de las apariencias del entretenimiento. Piensa en cuánto sufren estas criaturas bajo condiciones terribles y denigrantes. Recuerda que un animal NO es un empleado y mucho menos un esclavo. Esos lugares donde los animales sirven de entretenimiento solo favorecen la insensibilidad social y degradan las especies. Muchas de las cuales están en peligro de extinción.
Apoya causas contra el maltrato animal
También puedes apoyar o unirte a organizaciones y causas que se enfrentan legalmente contra las industrias que involucran animales. Hay muchas ONGS que trabajan arduamente por resguardar los derechos de estas criaturas que lamentablemente no pueden defenderse por sí solas.
La mayoría de las personas se asombran cuando ocurren tragedias en zoológicos, parques temáticos o zafaris. Sin embargo, nadie considera que se trata de animales sometidos a condiciones inaceptables y que eventualmente pueden rebelarse porque ese es su instinto.
Denuncia el maltrato animal
Si vas a un lugar donde se exhiban animales (aunque lo ideal es que no lo hagas) y ves algún comportamiento abusivo por parte de un guía o turista, toma fotografías o videos y denúncialo ante los organizadores, ONGS o autoridades locales. También puedes denunciar a través de los portales de estos sitios turísticos o de herramientas disponibles en la web donde cada persona puede emitir su verdadera opinión acerca de los lugares turísticos.
De esta manera puedes alertar a otros potenciales turistas para que no apoyen ese lugar de ninguna manera. Manifiéstate en contra del cautiverio y de los espectáculos donde se expongan animales maltratados o explotados. No te dejes engañar por algunos lugares que se hacen pasar por “santuarios” o “centros de conservación”. Antes de acudir, investiga y asegúrate de que realmente lo sean.
¡Alza tu voz!
Alza tu voz, no seas cómplice de actitudes abusivas en contra de los animales, sin importar de dónde vengan. No olvides que son seres vivos y merecen nuestro respeto y cuidado. No se justifica que sufran de ninguna manera siendo objetos de entretenimiento para los seres humanos.