El ajiaco es por excelencia el icono gastronómico de Bogotá, si vas a la capital colombiana y no te aventuras a probarlo, sinceramente has desperdiciado una oportunidad increíble Shame on you!. Esta delicia se sirve como el plato más deseado y exótico.
Pero ya va… ¿Qué es el ajiaco? Es una sopa de pollo sustanciosa, con tres tipos de papas diferentes, jojoto y hierbas.
Te interesará:Minichelista: El café más ecléctico de la Ciudad de México
¿De dónde viene el ajiaco?
Siendo un plato tan autóctono de la gastronomía bogotana su origen se remonta a los primeros indígenas que habitaron la región. Dicen que la antigua tribu Taino y la palabra ají dieron el nacimiento del nombre de este plato.
Según historiadores, los Chibchas preparon alguna vez una sopa con leche, maíz y papas saborizadas como aji. All llegar los españoles añadieron el pollo y la crema.
En Latinoamérica existen otros tipos de ajiacos, sin embargo los ingredientes varian. Algunas recetas también incluyen carne, puerco, vegetales y demás tubérculos. En cambio la versión colombiana tiene papa, pollo y al hierba conocidda como Guasca.
El ajiaco es el plato perfecto en Bogotá porque presenta un buen sabor y a la vez, es cálido para recuperar un poco de calor en los intensos fríos de la ciudad.
¿Dónde probar el ajiaco en Bogotá?
En general te recomendamos los sitios populares más tradicionales para degustar el ajiaco. Pero La Puerta Falsa en la candelaria data de 1816 y es el restaurant más antiguo de Colombia ofrece esta especialidad y más comida típica.
Te interesará:Los 6 mejores hostales para mochileros en Santa Marta
Aunque es un sitio pequeños y quizás debas esperar un poco para entrar.. Una vez pruebes su ajíaco quedarás encantadísimo con este plato. ¡Vale la pena esperar!
Existen solo dos historias en la vida: en dónde estás y en dónde estarás. La pasión por descubrir cosas nuevas, aprender y nunca dejar de soñar es la razón de existir de Pa’ dónde nos vamos. Un día estás en tu casa viendo La Vida Secreta de Walter Mitty y años después estás en la cima del Kilimanjaro. Un día estás trabajando ocho horas al día en un trabajo mediocre queriendo hacer algo más por ti y por los demás, y años después estás rodeado de miles de ciudadanos del mundo que aman la aventura y los viajes, con esas ganas de ver un cambio en sus vidas.