París es una ciudad deslumbrante, todos anhelan tener la experiencia romántica de vivir en la capital francesa. Estas son las razones por las que ese sueño debería volverse una realidad.
Te enriquecerás artísticamente
Es imposible no dejarse llevar por la escena artística de París. Un ejemplo de ello es el Museo del Louvre. Dentro de este hermoso edificio, descubrirás más de 380.000 objetos y 35.000 obras de arte en exhibición dentro de un espacio de más de 60.600 metros cuadrados.
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Dicen que si dedicas 100 días a la tarea de visitar las obras de arte en este museo, puedes disfrutar de cada pieza en exhibición. Pero eso sí, solo tienes 30 segundos para admirar cada artículo. Por supuesto, hay muchos otros museos para ver, es imposible no contagiarse del espíritu creativo de la capital francesa.
Encontrarás tesoros únicos en los mercados populares
París está llena de tesoros fascinantes que se venden en los numerosos mercados populares. El más famoso se encuentra en Porte de Clignancourt. Sin embargo, el mercado de pulgas parisino más grande se encuentra en Saint-Ouen. Fue establecido en 1870 y se llama así por sus muebles infestados de insectos. Hoy en día, es un lugar muchos más agradable.
Incluso artistas famosos como Daniel Spoerri solían pasear por los mercados franceses en busca de objetos intrigantes que, luego de comprarlos, servirían como parte de sus obras y exhibiciones.
París está impregnada de inspiración literaria
París está llena de lugares inspiradores como Shakespeare and Company. Esta es una librería increíble que le ha dado la bienvenida a poetas y escritores bohemios durante décadas. Es el ambiente perfecto para que los amantes de los libros reflexionen. Hay sillones y bancos con asientos suaves en todo el lugar que te invitan a escoger un libro y sentarte en el cielo literario.
Dentro del establecimiento hay un gato merodeando para que no te sientas solo, además del el sonido de un piano en vivo. También hay una gran cantidad de talleres nocturnos, lecturas y charlas de autores te mantendrán siempre ocupado.
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Es la capital de los cafés
Los cafés parisinos siempre han servido como centros de vida social, siendo el lugar por excelencia para relajarse o reponer energías. El mejor momento para aprovechar de esa tradición diaria es en verano, cuando las terrazas al aire libre están llenas de gente.
Si tomas el metro hasta Les Deux Magots o Café de Flore, ubicado uno al lado del otro en el Boulevard Staint-Germain, te encontrarás en el lugar donde pensadores y artistas, como Hemingway, Sartre, Fitzgerald, Picasso y otras figuras se sentarían a recrearse.
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La comida francesa no tiene rival
Muchos restaurantes parisinos se encuentran entre los más elegantes del mundo. Cuentan con un rico legado de excelencia gastronómica.
El mejor de los ejemplos es el restaurante Le Dali, del hotel Le Meurice, cuyas instalaciones de cinco estrellas cuentan con interiores de ensueño y con extravagantes decoraciones de Luis XVI que han deslumbrado a todos durante siglos. Sin embargo, dondequiera que elijas cenar, siempre te sorprenderá la calidad de la comida francesa.
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