La isla de Formentera está plagada de rincones que llamarán poderosamente tu atención. No cabe duda de que una escapada siempre es una buena oportunidad para descubrir una de las joyas del mar balear que no puedes perderte. Quien visita Formentera lo hace con el convencimiento de que va a encontrar todo lo que necesita, naturaleza, encanto y experiencias.
Cómo llegar a Formentera
Llegar a la isla de Formentera es muy sencillo. Con mucha periodicidad, salen diferentes ferrys desde la ciudad de Ibiza, que hacen el trayecto hasta el puerto de Formentera en escasos 30 minutos. Hay diferentes empresas que prestan este servicio, pero nuestra recomendación pasa por Aquabus Ferry Boatst, que se caracteriza por su impecable trayectoria y la gran comodidad con las que cuentan sus embarcaciones de gran velocidad.
Lo primero que te sorprenderá cuando vayas llegando a Formentera es que dejarás a un lado la isla de S’Espalmador, con unas playas prácticamente vírgenes. Esta isla es de propiedad privada, pero su simple contemplación es un auténtico regalo a la vista. Así de sencillo es llegar a una de las islas con más encanto de todo el archipiélago balear.
Sin embargo, descubrir Formentera es dejarse llevar por todas las maravillas con las que cuenta la isla. Quien la visita sabe que tiene una deuda pendiente y que tarde o temprano volverá. Su proximidad con Ibiza y la buena oferta con la que cuenta Formentera, hace que sea el destino favorito de quienes desean pasar unos días de descanso totalmente diferentes. Tienes miles de razones para visitar Formentera, y dejar allí un trocito de tu corazón.
Playas únicas
Si hay algo que caracteriza a la playa de Formentera es su calidad. El agua está siempre cristalina, la arena es blanca y descubrir que el Caribe no queda tan lejos son motivos más que suficientes para visitar Formentera. Cualquiera de las que visites va a enamorarte, pero la de Ses Illetes merece una mención especial. Aquí vas a encontrar tanto tranquilidad como un ambiente relajado y agradable. Ses Illetes siempre tiene algo que mostrarnos y nos da razones para quedarnos allí hasta la puesta de sol.
Pinar de la Mola
Este pinar cuenta con la característica de tener el mar a ambos lados, encontrándose en la parte más estrecha de la isla. Desde un mirador próximo puedes contemplar la extensa masa de vegetación que lo cubre, y que es un contraste inigualable con el azul claro del Mediterráneo. Si lo deseas, una breve excursión por el pinar te hará vivir la esencia del árbol más característico del archipiélago balear.
Sus faros
Tanto el de la Mola como el de Cap Barbaria son puntos de visita obligada. Una muestra de la importancia que tenían y siguen teniendo los faros en las islas, ya que servían de guía para la navegación. En el caso del faro de la Mola, se encuentra sobre un acantilado de más de 100 m de altura, por lo que las vistas son dignas de ser retratada. Aunque ya no habitan fareros y todo el proceso está automatizado, merece la pena descubrir cómo son los faros de la isla de Formentera.
Sant Francesc de Formentera
Esta pequeña localidad es la capital de la isla, y tiene todo el encanto del típico pueblo mediterráneo. Una pequeña iglesia, una antigua torre, una plaza acogedora y una playa a 6 kms, la Cala Saona. El ambiente siempre es muy familiar, y no hay nada mejor que dejarse llevar por todas las terrazas con las que cuenta esta pequeña población. Es el punto de partida a conocer cualquier lugar de la isla, desde Cap Barbaria al Estany Prudent.