Cuando queremos viajar por Sudamérica, dos cosas se nos vienen a la cabeza: economía y belleza a partes iguales.
La parte sur de nuestro continente siempre ha estado marcada por esa combinación. Tenemos ciudades hermosas, que se pueden conocer a muy bajo precio, y siempre con los brazos abiertos al mundo.
Ahora bien, aunque esta es una realidad que todos conocemos bien, la verdad es que hay ciudades en Sudamérica que son más fáciles de conocer, por sus bajos costos, su calidez con el extranjero y la variedad de opciones sencillas y atractivas que ofrecen.
Para hacer honor a todo eso, en esta lista presentamos una opción de lugares baratos para viajar por Sudamérica, que reflejan la calidez, diversidad y atractivo que nuestro subcontinente tiene para brindar al mundo a muy bajo precio.
1. Sucre, Bolivia
Para cualquier turista extranjero que visite esta región, ir a Sudamérica significa asistir al choque de las culturas originarias e hispánicas que aquí se encontraron. Si hay una ciudad donde esa experiencia esté bien retratada, es Sucre, capital histórica de Bolivia.
Con menos de 300 mil habitantes, Sucre es una de las ciudades más económicas, amigables y fáciles de recorrer que encontrarás en Sudamérica.
Partiendo desde su centro histórico, podrás conocer la Plaza 25 de Mayo, la Catedral Metropolitana o la Iglesia de San Lázaro (la más antigua de Bolivia), todas obras que integran un Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco.
Pero sin lugar a dudas, el gran atractivo de Sucre lo constituyen sus calles y arquitectura colonial. A Sucre se la conoce como la Ciudad Blanca, por sus calles tradicionales y edificios históricos que mantienen este color uniforme. Esto la hace una ciudad perfecta para hacer postales, jugando con la forma en que la luz golpea sus muros.
Y, claro, como lo prometido es deuda, no podemos dejar de mencionar lo económica que es esta ciudad. El transporte es una de las principales ventajas de Sucre: moverse en bus cuesta alrededor de 1,50 bolivianos ($0.22). Hoteles y hostales se pueden conseguir por menos de $10 la noche, y la vida nocturna es modesta pero variada. Sin dudas, esta puede ser la capital más económica de toda Sudamérica.
2. Lima, Perú
Admitámoslo: la vida nocturna y la gastronomía de Lima son costosas en general. Pero Lima, como todo Perú, es tierra de contrastes.
Lejos de Miraflores y los barrios más acaudalados, Lima cuenta con un turismo diverso al alcance de todos. ¿Dónde más podríamos encontrar un cebiche peruano más barato y delicioso que en esta capital? Los famosos «huariques» que están por toda la ciudad se encargan de cubrir al paladar más exigente, pero con un presupuesto solidario.
Una vez que hayas dado gusto al paladar, Lima tendrá muchos sitios hermosos por mostrarte. El Centro Histórico, la Plaza San Martín, la Iglesia de San Francisco, el Puente de los Suspiros y el Parque de la Reserva son solo las principales atracciones gratuitas o de bajo costo con que cuenta la ciudad.
3. Lago Titicaca, Perú y Bolivia
El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo y, sin duda, es uno de los tesoros más bellos de toda Sudamérica.
El lago abarca un territorio de 8562 km², dentro del cual se cuentan pequeñas islas y se pueden apreciar hermosas montañas andinas que lo rodean. Visitarlo no es costoso pues se puede llegar en bus a través de Puno (Perú) o a Copacabana (Bolivia); navegarlo es sencillo y el esfuerzo definitivamente vale la pena cuando paseas por sus aguas cristalinas y luminosas.
Además de interactuar con los locales y formar parte de las culturas indígenas y rurales que lo rodean, en el lago Titicaca puedes descubrir restos arqueológicos incas de gran valor. Visitar la Isla del Sol, con su museo de Marka Pampa, es una experiencia que debes vivir en cualquier viaje de mochilero por Sudamérica.
4. Mendoza, Argentina
Con su economía irregular y su estilo de vida tan centrado en la gran urbe de Buenos Aires, es común que muchos vean a Argentina como un país costoso. Sin embargo, dentro de su extensa geografía hay lugares maravillosos por descubrir sin necesidad de gastar mucho dinero.
La ciudad se ubica al este de la cordillera de los andes argentinos, y posee un clima agradable de alrededor de 18°C la mayor parte del año. Gracias a esto y a la riqueza de sus suelos, Mendoza es el sitio ideal para degustar buen vino argentino. Es tan económico que se pueden encontrar bares donde sirvan una copa como entrante para degustación.
Pero lejos de los restaurantes y las visitas a los viñedos, Mendoza goza de una gastronomía y una vida nocturna bastante geniales. Bien seas un turista al que le gusta gastar o un mochilero recorriendo esta ciudad por primera vez, la infinidad de restaurantes y buses de uso turístico te permitirán conocer la magia y la paz que se respira en toda esta provincia.
5. Quito, Ecuador
Quito fue la primera ciudad en ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y aunque su casco histórico es hermoso, tradicional y sobrecogedor, la ciudad está llena de lugares de atracción con actividades turísticas que vale la pena descubrir.
Ubicada a 2.800 metros sobre el nivel del mar, Quito es la segunda capital más alta de Sudamérica; a la vez está rodeada de volcanes, lo que garantiza dos cosas:buenas vistas y muchas actividades al aire libre.
Ahora bien, si no te sientes tan aventurero, quizá lo mejor sea probar algunas de las actividades que la ciudad tiene para ofrecer.
Nuestra recomendación es ir a lo clásico: la arquitectura de Quito es un espectáculo digno de admirar. Edificaciones, miradores y monumentos como la Iglesia de la Compañía, el mirador de Panecillo, la Mitad del Mundo y la Virgen de Panecillo o la Capilla del Hombre te dejarán admirado y convencido de por qué esta ciudad es realmente un patrimonio de la humanidad.
Una vez que hayas saciado tu espíritu con tanta belleza, podrás ocuparte de lo mundano. Viajar a Quito es muy económico, y de hecho se estima que con 22 dólares por persona se puede disfrutar bastante bien de la ciudad, incluyendo alojamiento y transporte. Con lo que ahorrarás, podrás disfrutar de la vida nocturna de la capital, con sus restaurantes y bares amigables.
6. Baños, Ecuador
Aquí hay algo para los aventureros, aquellos que quieren disfrutar de los deportes extremos sin tener que gastar demasiado en pasajes de bus para moverse de un punto a otro.
Ubicada al centro de la sierra de Ecuador, en la provincia de Tungurahua, Baños es una ciudad muy pequeña en extensión y habitantes, pero con un potencial turístico importante.
Baños se encuentra en la entrada de la selva amazónica ecuatoriana, pero cuenta con un relieve montañoso y un clima tropical fresco. Esto ha permitido que en ella se desarrollen distintos deportes de aventura como excursionismo, rafting, canopy, canyoning, escalada y más: tu habilidad y valor son el límite para esta rica geografía.
Otros sitios de atractivo son «El Columpio del Fin del Mundo» y el volcán Tungurahua, al cual se puede acceder tras 4 horas de caminata con la ayuda de un guía. Y si te agotas de tanto explorar, la zona turística de Eloy Alfaro ofrece una vida nocturna modesta, pero capaz de satisfacer a cualquier turista.
7. Salar de Uyuni, Bolivia
Más que un simple espectáculo visual, el salar de Uyuni en Bolivia es una experiencia de inmersión natural única en Sudamérica.
Ubicado en el departamento de Potosí, el salar de Uyuni es un desierto de sal. Dicho así, suena bastante simple; pero cuando la lluvia y las luces del sol se proyectan de forma adecuada sobre su superficie, el desierto se transforma en un espejo natural, como salido de otro planeta.
Aunque se tiene la creencia de que visitar el salar de Uyuni es costoso, la verdad es que se puede hacer con poco dinero. La reserva natural está conectada por transporte público con el resto del país, por lo cual no es necesario pagar tours privados si no lo deseas.
Desde La Paz, por ejemplo, se abordan buses que salen generalmente a las 10:00 pm y llegan a Oruro a las 7:00 am (no hay viajes diurnos). Desde ahí, el sistema de trenes conecta con Uyuni, de forma económica y rápida. Una vez ahí, puedes aventurarte por tu cuenta o conseguir un tour compartido, que suelen iniciar a las 10:00 am, y te llevan a recorrer las principales atracciones.
8. Cabo Polonio, Uruguay
Las costas de Sudamérica son, por lo general, costosas. Isla Margarita, Cartagena de Indias o San Andrés son destinos turísticos de gran demanda. Sin embargo, cuando vamos un poco más al sur, podemos encontrar ciudades y pueblos costeros hermosos y económicos para visitar con poco dinero.
Uno de esos tesoros escondidos de que hablamos es, sin lugar a dudas, Cabo Polonio. Este pueblo ubicado en el departamento de la Rocha, en Uruguay, fue durante años el refugio de jóvenes aventureros que querían hacer viajes para perderse del resto del mundo y contactar a la naturaleza. Actualmente, aunque esa tradición se mantiene, Cabo Polonio se ha convertido en una auténtica reserva natural de gran valor para el mundo entero.
En Cabo Polonio no son comunes los servicios de internet, luz eléctrica o el comercio; unos improvisados caminos de tierra son la única vía de comunicación con el resto del mundo, en un trayecto que normalmente se hace en jeep o a pie, sin término medio. Pero la recompensa es grande para quienes se atreven a intentarlo.
Desde Cabo Polonio se pueden avistar las colonias próximas de lobos marinos y, ocasionalmente, ballenas migrantes. El pueblo también cuenta con dunas que sirven como zonas de paseo a caballo, playas, hostales , restaurantes y otros sitios de relajación de muy bajo costo y de incomparable belleza.
9. Florianópolis, Brasil
Ipanema, Copacabana o Botafogo está muy bien si cuentas con el presupuesto para ello. Pero si quieres disfrutar de una auténtica costa brasileña sin gastar tanto dinero, Florianópolis es una buena opción para ti.
Ubicada al suroriente de Brasil, Florianópolis es la capital del estado de Santa Catarina. Es una ciudad que cuenta con un dinamismo y vida nocturna que no tienen nada que envidiar a Río de Janeiro, pero que al no contar con tanta demanda se puede dar el lujo de ofrecer alojamientos a precio módico y vivir a un ritmo un tanto más pausado.
El principal atractivo de Florianópolis lo constituyen, como cabe suponer, sus playas. La región cuenta con más de 100, siendo todas ellas turísticas y económicas. Entre las más famosas se cuentan Canasvieiras, Praia Mole o Playa de Joaquina.
10. Salento, Colombia
Ubicado al oeste de Bogotá, en el departamento del Quindío, Salento es un modesto municipio del Eje Cafetero colombiano que en los últimos años ha sabido hacerse de un atractivo turístico importante gracias a su riqueza cultural y natural.
El principal atractivo de esta zona lo constituye el Valle de Cocora. Se trata de una reserva natural impresionante, donde tienen su hogar el cóndor de los andes (ave nacional de Colombia), el oso de anteojos, el tapir andino, el puma y la palma de cera gigante (árbol nacional de Colombia). Al valle se llega en vehículo todo terreno, pero se dentro de él se hacen recorridos guiados a pie y no se permite el uso de drones, esto con el fin de proteger al medio natural.
Otra zona digna de conocer es la del Parque Natural los Nevados. El Quindío comparte esta riqueza natural con los departamentos de Caldas, Risaralda y Tolima, y Salento tiene la suerte de contar con una parte importante de ella, con las zonas de Paramillo del Quindío, Arenales del Quindío, Cerro Águila y otras.
Pero no hace falta moverse mucho para conocer la magia de esta zona. El mismo pueblo de Salento, centro cívico del municipio, tiene una arquitectura envolvente, típicamente andina, y cuenta con una oferta gastronómica donde el café y la comida de hogar son abundantes y están al alcance del bolsillo.
Llegar a Salento toma unas 7 horas por carretera desde Bogotá, y los pasajes tienen un precio que oscila los $15. Una vez ahí, conseguirás hostales y posadas acogedoras igualmente por $15 aproximadamente. Con estos precios y tanto por descubrir, Salento debería estar en la lista de cualquier viajero este año.