Pompeya había trágicamente desaparecido del mapa entre el 24 y el 25 de agosto del año 79 d.C, después de una erupción del volcán Vesubio. En el siglo XVIII, el descubrimiento de las ruinas de Pompeya provocó una auténtica impresión, entre los amantes de la Antigüedad.
Las excavaciones empezaron en 1738 con el ingeniero militar español, Roque Joaquín de Alcubierre. La ciudad había quedado enterrada bajo una capa solidificada de lava volcánica, que llegaba a alcanzar los 26 metros de espesor. En 1763, 25 años más tarde, la ciudad no fue identificada como tal.
La expectación por los descubrimientos se extendió por toda Europa, y gran número de estudiosos y turistas empezaron a llegar al yacimiento para contemplar los edificios desenterrados, las estatuas y los primeros frescos que quedaban a la vista. El templo de Isis despertó especial interés; era el primer espacio sacro que se excava en Pompeya, el mejor conservado y, sobre todo, el primer santuario egipcio que podían ver con sus propios ojos los europeos, ya que el viaje al país de los faraones no era posible en aquella época.
Pompeya ofrecía una oportunidad única de recuperar una ciudad romana completa y de entender mejor la vida cotidiana de los antiguos romanos. Incluso se ha llegado a conservar sus alimentos carbonizados, sus muebles, sus vestidos y hasta las huellas de sus carros. Se han llegado a conservar muchos monumentos, como el anfiteatro, los baños termales y el gimnasio donde se entrenaban los gladiadores.
Pocos años después se entró en una de las etapas más activas y productivas en las excavaciones de Pompeya. Durante esta época se excavó todo el perímetro de la muralla, las puertas de la ciudad, así como algunas de las calles más importantes de Pompeya.
En 1815, los trabajos trabajos arqueológicos tuvieron un retraso en el trabajo por falta de fondos. Aún y así, se consiguió recuperar algunos de los edificios más célebres de Pompeya, como la casa del Fauno, donde se halló el espectacular mosaico que representa la batalla entre Alejandro Magno y Darío. La casa del Fauno fue excavada en 1830, es la más grande de Pompeya. Su atrio tiene una fuente adornada por la estatua de bronce de un fauno, del que toma su nombre. Se situaba en el centro del impluvium, el lugar destinado en el patio central de la casa a la recogida del agua de lluvia.
Las visitas a la ciudad no paraban de aumentar, con ello se inauguró en 1840 la estación de ferrocarril, que fue seguida por la apertura de los primeros hoteles y restaurantes que ofrecían sus servicios a los viajeros.
Giuseppe Fiorelli, uno de los arqueólogos más afamados de la época, quiso completar la exploración del yacimiento, del que sólo se había excavado una tercera parte. Dividió Pompeya en nueve regiones, subdivididas a su vez en ínsulas (manzanas) y umbrales, con el fin de localizar con exactitud cada uno de los edificios excavados en la ciudad.
Bajo el régimen fascista de Benito Mussolini, Pompeya se convirtió en un instrumento de propaganda, sobre todo a partir de 1923. A partir de aquí, pusieron enormes fondos a disposición de Amedeo Maiuri, el nuevo director del yacimiento a partir de 1924. Se siguieron los descubrimientos, como el de la villa de los Misterios, con sus sensacionales frescos de contenido mistérico, o la casa de Menandro, entre 1926 y 1932.
Al entrar en el siglo XX, la fama de Pompeya aumento gracias a los medios de comunicación de masas y el continuo flujo de visitantes. Al mismo tiempo se seguían las búsquedas arqueológicas. Aún y así, en 1943, durante la segunda guerra mundial, una serie de bombardeos dañaron seriamente los restos arqueológicos. Aun así, en la actualidad, 25 hectáreas del yacimiento, un tercio del total, aún no han visto la luz.
Hoy en día, el mayor reto para los arqueólogos es la conservación de los edificios, mosaicos y frescos, ya descubiertos.
¿Cómo llegar a Pompeya desde Nápoles?
Puedes hacer los mejores tours en Pompeya eligiendo el tiempo que quieras pasar en la ciudad, coger un guía privado o en pequeño grupo. Muchas opciones se ofrecen a ti para que puedas elegir la mejor manera de pasear en sus calles, sus edificios, templos y casas de Pompeya.