Favelas, barrios, guetos en fin, son muchos los nombres que se le dan a los urbanismos pobres alrededor del mundo. Hay varios lugares que se han hecho famosos debido a las grandes carencias que ahí se experimentan. Sí, es un poco extraño pero ciudades como: Río de Janeiro, Ciudad del Cabo y Bombay (donde se encuentra Dharavi, el urbanismo pobre más grande de Asia) cuentan con una amplia industria llamada turismo de pobreza.
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Qué es el turismo de pobreza
La definición es muy simple: son visitas guiadas donde llevan a los turistas a observar lugares donde la gente vive en condiciones de pobreza o pobreza extrema.
Una práctica antigua
No es extraño ver a muchos extranjeros yendo a determinadas ciudades para hacer visitas contemplativas en zonas pobres. Este tipo de práctica no es nueva. De hecho, hay registros de londinenses de clase media y alta que visitaban East End durante el siglo XIX para observar cómo vivían los pobres en la época.
Tanta fue la popularidad de esa “experiencia” que se le acuñó el término “slumming” (en inglés slum significa barrio pobre). La edición de 1884 del Diccionario Oxford agregó “slumming” entre sus líneas.
Una industria rentable
Hoy en día, el turismo de pobreza es toda una industria global que atrae a millones de personas cada año. Las agencias de turismo ofrecen visitas guiadas a los barrios más pobres de Sudáfrica, Suramérica, Asia y hasta de Norteamérica.
Esta clase de turismo así como tiene simpatizantes también tiene muchos detractores. El debate acerca de la pertinencia de esta industria es amplio e intenso. En lo personal, siento que la combinación de esas tres palabras, “turismo de pobreza”, es muy chocante y provoca cierto rechazo. No obstante siempre es bueno dar el beneficio de la duda y sentarse a evaluar pros y contras.
Puntos a favor
Los partidarios de esta forma de hacer turismo afirman que:
– Las empresas que ofrecen visitas guiadas a estos barrios pobres, sostienen que una buena parte de sus ganancias las destinan a ayudar de distintas formas a las poblaciones donde ellos organizan los tours.
-La característica más favorable, es el cambio de percepción que se llevan los turistas. Esta clase de viajes ponen a la gente en contexto y les ayuda a enfrentarse con una realidad que muchos no quieren ver.
–Hay lugares que solo puedes visitar si pagas uno de estos tours. Conocer estos sitios estando solo, pude ser arriesgado.
-Incluso en los lugares más desfavorecidos el desarrollo y la innovación pueden tener espacios. Algunos de los tours en los barrios humildes exhiben la pequeña (y poco apoyada) economía organizada, así como el desarrollo cultural y artístico de estos vecindarios.
Puntos en contra
Los detractores del llamado turismo de pobreza afirman que:
–Las agencias que ofrecen tours por los barrios pobres, tratan a las personas humildes como “animales de zoológico”. Dicen que el objetivo es ver desde afuera, no se involucran para ayudar realmente a estas personas que lo necesitan.
–Muchos viajeros tampoco se interesan por tener una interacción cercana y genuina con las personas de la comunidad. Solo les piden tomarse una foto y ahí termina todo. No obstante, hay algunas empresas (no todas) que le prohíben a los turistas tomar fotografías para evitar ese comportamiento inapropiado.
-Las agencias que prestan el servicio turístico se llenan los bolsillos. La ayuda que dicen ofrecerle a las poblaciones desfavorecidas nunca se materializa o es muy poco el beneficio comparado con lo que ofrecen.
-Estas visitas guiadas hacen de la pobreza algo exótico y hacen parecer atractiva la situación tan precaria en la que viven los habitantes en estos urbanismos improvisados que a veces carecen de servicios básicos.
Decisión difícil
La verdad solo puedo decir que tengo sentimientos encontrados. Por lo que veo no soy la única persona en el mundo que siente dudas respecto a este tema. He investigando y he pensando si de verdad quiero emprender esta travesía. También he revisado mis motivaciones.
A veces considero que la única manera de tener base para estar a favor o en contra es involucrándome en algún viaje de esta índole pero… ¿Será algo positivo? ¿Será algo incómodo? ¿Va en contra de mis principios? No lo sé, todavía no lo decido. Si has hecho algún viaje con estas características o pretendes hacerlo, cuéntanos tu opinión al respecto.